Sin saber que hacer y como hacer para olvidar.
Porque aunque me repita todos los días que ya no es importante en mi vida.
Miento, constantemente. No es que mienta a los demás porque quiera, no. Es una de esas mentiras que tú misma te crees porque durante casi todos los días del año suele funcionar.
Pero hay días como hoy que no, que los recuerdos se hacen un tanto amargos. Que las locuras son dolorosas de recordar y que quieres intentarlo una vez más.
Aunque también comprendes que desde que todo paso has tenido mil y una posibilidad para contar tu historia y que siempre has puesto absurdas excusas.
Con miedo a que te hicieran daño, con miedo a volver a llorar.
Con miedo a que te hicieran daño, con miedo a volver a llorar.
Pero lo que no sabes es que eres tu misma la que te estás haciendo el daño y que aunque probablemente fuera mucho más doloroso enfrentarse a ellos también sería mucho más eficaz porque desde ese momento serías capaz de olvidar.
Y entonces te preguntas, ¿por qué? Y no hay respuestas.
Tal vez sea este le momento de enfrentarse a todos tus miedos, de mirar a las caras a las personas que destrozaron tu casita de la locura y decirles, ya no me importáis e ir a encontrarse con la felicidad perdida para poder seguir adelante o bien en caminos paralelos o bien en caminos separados totalmente.
Ya no importa , lo único importante ahora es poder escuchar una estúpida canción si pensar en ese verano. Sin que tus ojos se llenen de lágrimas, sin que te salgan mariposas en el estómago. y sin sentir que tuviste que hacer mucho más. Sin pensar en ti, en tu voz, en tu sonrisa, en tus palabras, en tu mirada... en todo aquello que hace mucho que no veo ni me permito ver para no sufrir.
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