9 de octubre de 2010

08.10.10

Sentada en su sofá, esperaba encontrar la respuesta que anhelaba, aunque no llegaba.
A lo mejor si se enfrentaba a sus miedos encontraba lo que buscaba.
Igual la solución no era preguntarse los por qués sino ser valiente por una vez y salir corriendo.
¿A dónde iría? A su lado, una sola vez más, le miraría a sus ojos marrones y esperaría es sonrisa que a veces le dedicaba únicamente a ella. Aquella que era mágica, la que más le gustaba.
Entonces comprendería que todo este tiempo sin saber de él había sido absurdo que el orgullo una vez más había ganado al sentimiento y que ambos habían sido unos estúpidos.
Pero sabía que eso nunca sucedería, había decidido olvidar y como era obvio que eso le era imposible, lo alejaba lo que más podía de su mente.
Olvidando sus dulces palabras, sus sonrisas, sus miradas y aquellos gestos.
Y lo más importante olvindadole a él.

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