28 de julio de 2010

Historia...

Esa noche había quedado con todos sus amigos como tantas otras veces, iba a pasarselo bien y tenía bueno presentimientos.
Noe se puso su camiseta negra favorita y los vaqueros que mejor le quedaban. María la esperaba en el portal de su casa estaba impaciente.
Fueron a buscar a sus amigos y entraron en el bar de siempre, de repente su mirada se cruzo con unos ojos que le resultaban familiares. No podía ser, seguramente estaba alucinando, así que volvió a mirar. Y sí, era él. Marc estaba mirandola con una sonrisa y se acerco a ella, le dió dos besos. Empezaron a hablar de cuando eran niños, de los momentos que habían pasado, de todos sus recuerdos. Noe empezo a sentir algo por él, aunque más que empezar era el recuerdo de un sentimiento que hacia años que había tenido.
La noche paso rápidamente y Noe estaba triste, no sabía cuando volvería a verle. Habían pasado muchos años desde que se lo habían encontrado por última vez y eso que vivían en una ciudad pequeña.
Un fin de semana, se lo volvió a encontrar, se miraron y se sonrieron. Mientras ella pedia en la barra, él se acerco lentamente por su espalda y le acarició con dulzura el pelo. Un gesto que sólo ella sintió.
Así empezaron las noches en las que los gestos eran tan sólo para ella, sin que nadie más se diera cuenta. Así él se acercaba a Noe lentamente sin dar a conocer sus verdaderos sentimientos, tal vez porque ni él mismo los conociera.
Después de varios meses de juegos, una noche de verano, él se dió cuenta de lo que sentía y empezo a demostrarlo. No quería que fuera muy evidente, sólo que ella se diera cuenta de lo que sentía para saber si era correspondido, a lo mejor así todo era más sencillo.
Mientras tanto Noe no entendía nada, y en casa pensaba mil y unas cosas. A veces incluso pensaba que él no la quería, sin saber lo equivocada que estaba.
Marc pasaba a la acción. Noe se dejaba llevar.
Así una noche, cuando la luna brillaba en el cielo, sin darse cuenta de lo que estaban haciendo, los dos confesaron su amor a luz de las estrellas. Y se besaron. Un beso que ambos recordaron por los tiempos de los tiempos. El primer beso de otros muchos.

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