30 de mayo de 2010

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Sabía que todo lo ocurrido nunca más iba a pasar pero no podía dejar de pensar en sus ojos verdes.
Allí dónde miraba se los encontraba, sólo era producto de su imaginación o tal vez de las ansias de volver a verlo.
La verdad que no tenía muy claro que iba a hacer para no recordarlo nunca más.
Esa tarde había decidido ponerse guapa y salir a pasear. Después iría a tomarse algo al bar de siempre, seguro que ahí encontraría a sus amigos y pasaría un buen rato.
Paso junto al parque dónde solía ir con él y recordo su pelo moreno moviendose con las rafagas de aire y su sonrisa.
Dejo que su mente divagara por los recuerdos de los besos y caricias que se dieron.
Dejo que los momentos más íntimos llenaran todo su ser haciendola estremecer.
Se adentro en el parque y se sento en uno de los bancos.
Miro a la gente que paseaba, a los enamorados que se daban besos.
A los ancianos que hablaban entre ellos y compartían sus vidas.
A los niños jugar con la arena y a las madres mirarlos mientras ellan charlaban de sus vidas de casadas y las últimas travesuras que sus pequeños habían hecho.
Y de repente su pulso empezo a acelararse, no sabía por qué.
Se giro y a los lejos, paseando tranquilamente vio una silueta que le resultaba familiar.
Iba sólo. Lo miro mientras el recuerdo del ayer le volvía a inundar.
Él no la miro, iba escuchando su música sin prestar atención a las personas que estaban a su lado.
Y mientras desaparecía, comprendio que debía seguir adelante.
Sin mirar atrás, sin esperarle.

29 de mayo de 2010

A veces sueño que vuelo.
Extiendo mis brazos y empienzo a volar.
Cruzo el oceano y voy ahí donde ansio.
Y busco la felicidad.

Recuerdos **



Una chica sentada en una mesa de un café con la mirada extraviada. Su mente muy lejos de ahí, en sus recuerdos más ocultos que no deja salir, para no volver a llorar.
Pero esa tarde necesita recordar, y empezar a andar por los callejones que dejo atrás para avanzar y olvidar.
Recuerda una sonrisa, una canción y una noche de verano.
Recuerda el cielo estrellado, una playa y una borrachera.
Recuerda la amistad, las risas y las locuras compartidas.
Y recuerda el final, y aún sabiendo que es mejor olvidar lo vuelve a guardar.